Encendedores

Historia y evolución del encendedor

Desde las primeras formas de encendido con yesca o cerillos, el encendedor ha recorrido un largo camino. En el mundo del tabaco, ha pasado de ser un simple instrumento a convertirse en una pieza de diseño. Los coleccionistas y aficionados valoran su precisión, resistencia y estética, cualidades que han evolucionado con el tiempo para adaptarse al universo del habano. Actualmente, los modelos más apreciados combinan tecnología con elegancia, manteniéndose fieles al objetivo de ofrecer una llama perfecta y controlada.

Tipos de encendedores para habanos

• Soplete (torch flame): Llama potente y recta, ideal para encender puros de gran calibre o en exteriores. Proporciona un encendido uniforme sin dañar la capa del tabaco.
  
  
• Encendedor clásico de chispa: Más tradicional, suele usarse en interiores. Aunque su llama es menos intensa, es valorado por su diseño y simplicidad.
  
  
• Encendedores eléctricos: Alternativa moderna sin llama. Algunos modelos funcionan mediante arco voltaico o inducción térmica.
  
  
• De mecha o piedra: Inspirados en diseños vintage, son menos comunes pero apreciados por coleccionistas.
  
  

Cada tipo responde a estilos y necesidades distintas. El entorno, el clima y el tipo de vitola que se fuma son factores clave al momento de elegir.

Los mejores que puedes tener

Los fumadores experimentados buscan más que funcionalidad. Entre los encendedores más valorados destacan:

• Modelos recargables con múltiples salidas de llama, para una cobertura más amplia y eficiente.
  
  
• Diseños ergonómicos con regulador de intensidad, ideales para controlar el encendido según el tamaño del puro.
  
  
• Encendedores de edición limitada, fabricados en materiales como acero cepillado, cuero o madera, que combinan funcionalidad con arte.
  
  
• Accesorios integrados, como cortapuros o medidores de gas, que añaden practicidad sin sacrificar estilo.
  
  

Los encendedores para habanos no son solo herramientas: son piezas que acompañan el inicio de un momento íntimo, reflexivo y elegante. Junto con accesorios como cortapuros bien diseñados y un estuche de viaje impecable, conforman el lenguaje silencioso que comparten quienes entienden que fumar un habano es más que una costumbre: es un arte.